Generadores de Conflictos Cognitivos
En CUPINNOVA, nuestro Laboratorio de Investigación, valoramos profundamente la producción de conocimiento. Creemos que la clave para avanzar radica en cuestionar, experimentar y colaborar con nuestra comunidad docente. A partir de este enfoque, abordamos constantemente los desafíos emergentes en diversos campos del saber. Hoy, compartimos los resultados de una investigación que contribuye al estado del arte en Inteligencia Artificial y diseño pedagógico.
«Ahora bien, los seres humanos poseen, por cierto, una característica muy especial: hacen proliferar la materia en el mundo a través de la creación de objetos y sistemas técnicos y se acoplan o desajustan respecto de ellos, creando fantasías de liberación o de sojuzgamiento, que dependen de la tonalidad afectiva de la época.»
(Rodríguez en Simondon, 2007, p. 12)
Protagonizar procesos de enseñanza aprendizaje en el contexto de la tercera década de este siglo implica problematizar muchos supuestos que han funcionado hasta acá. En el CUP atravesamos esta tarea posicionados en los valores institucionales del humanismo, la empatía, la creatividad, el entusiasmo, el aprendizaje adaptativo y el ser rigurosos. Nuestro modelo educativo entiende la complejidad contemporánea y la necesidad de procesos personalizados, pero no por ello desintegrados de lo colectivo.
El sistema educativo se diseñó para un mundo caracterizado por la escasez de la información. Hace algunas décadas, Internet conmocionó ese diseño porque poco a poco la información estaba en todos lados. Instituciones y docentes nos abrimos a reflexionar sobre qué necesitábamos cambiar para acompañar mejor las trayectorias de estudiantes en aulas heterogéneas y con trayectorias reales diversas. Desde hace unos años, la forma concreta que asumieron los desarrollos en IA (gestados desde antes de la conferencia de Darthmouth en 1959), vuelven a llenarnos de preguntas.
El principal cuestionamiento para quienes nos hemos desarrollado en el campo de las Ciencias Sociales y Humanas, radica en que las innovaciones en IA intervienen aquello que hasta acá ha distinguido lo esencialmente humano. El dominio del lenguaje natural nos era propio y ahora hemos perdido el patrimonio sobre esa competencia. De alguna manera, nos interrogamos no solo por el devenir de la tecnología que creamos sino también por cómo se reconfigura la idea de lo humano. En palabras de Simondon, “La cultura se ha construido en un sistema de defensa contra las técnicas; ahora bien, esta defensa se presenta como una defensa del hombre, suponiendo que los objetos técnicos no contienen realidad humana.” (Simondon, 2007, 31)
El desafío del rol docente es entender qué enseñar cuando no sabemos cómo será el futuro. Esa incerteza demanda que podamos recrear las verticales de la especificidad de las profesiones y también que integremos los aspectos relacionales vinculados a las competencias, a desarrollar la capacidad transversal de leer el mundo, tomarle el pulso a lo que ocurre, relacionar, imaginar, prospectivar con fundamentos (Piscitelli, 2023). Rodríguez plantea que “El hombre (…) aún no sabe cómo vivir en un mundo donde el trabajo no es más la esencia de la actividad humana.” (Rodríguez en Simondon, 2007, 22) Allí es donde podemos desplegar el rol de docentes como generadores de conflictos cognitivos, atizadores de todas las inteligencias, preguntadores.
En este punto, recuperar y explicitar el propósito y la agencia de quienes formamos parte de este proceso de aprendizaje nos permitirá salirnos de posiciones polarizadas (tecnofobia/tecnofilia) para poder decidir cómo construir conocimiento. La palabra decisión es clave, y para ello tenemos que animarnos a conocer, a explorar, a experimentar, a evaluar, a reflexionar… activar de algún modo nuestro ser investigadores para poder calibrar lo que es un aporte que nos permite expandir nuestras prácticas.
Los grandes modelos de lenguaje que generan contenidos probabilísticamente organizados a partir de la evaluación de datos. Las salidas que producen pueden configurar respuestas coherentes pero no necesariamente correctas. ¿Cómo integrarlos a la planificación docente? Ferrarelli (2024) propone la idea de formar parejas pedagógicas con los gemelos generativos.
Desde esta mirada podemos tomarlos como un segundo par de ojos que contribuyan a que podamos: personalizar más los contenidos y los métodos, tener versatilidad en las propuestas docentes de acuerdo a los diferentes grupos y enfoques pedagógicos, generar contenidos accesibles y adaptados a la diversidad de estudiantes y liberar tiempo destinado a cuestiones burocráticas para dedicarlo a la personalización y a profundizar aspectos que consideramos clave. Por último, también pueden proporcionarnos patrones y tendencias sobre rutas de aprendizaje en aulas virtuales que nos permitan tomar decisiones situadas.
El desarrollo del pensamiento crítico en el uso de cualquier tecnología crece si conocemos ese recurso lo mejor posible, e incluso compartimos esa indagación atenta y desprovista de ingenuidades con los grupos de estudiantes. Está en nuestras manos contribuir al diseño de un sistema educativo que se haga cargo de los procesos en lugar de mirar solamente las fotos de los resultados. La evaluación continua y la conexión con cada estudiante; la recuperación del sentido del encuentro y de la agencia son de las pocas vías que podemos sostener para evitar el uso acrítico de la tecnología.
Como plantea Piscitelli (2023) retomando a varios autores,
“Para poner freno al uso fraudulento o carente de ética, que no es algo que haya surgido por la aparición de estas tecnologías, el profesorado tiene que potenciar su rol de concienciación del estudiantado sobre la importancia de honestidad académica, el valor del pensamiento crítico y las consecuencias de los usos deshonestos (Choi et al., 2023; Dwivedi et al., 2023), ejerciendo una labor de mayor liderazgo (Crawford et al., 2023) y cambiando la narrativa en pro de una responsabilidad distribuida cuando se trata de mala conducta académica.”
Tener distinciones es lo que nos permite expandir nuestras miradas sobre el mundo. Por ello, mientras más tematicemos, indaguemos, experimentemos y reflexionemos; más nos alejaremos de construir nuevos mitos todopoderosos que hagan crecer los sesgos, la pérdida de credibilidad y confianza, la fuga de información con el consiguiente daño a la privacidad, el contenido fraudulento y las burbujas de exclusión.
Autora: Florencia Haddad.
REFERENCIAS
- Ferrarelli, M. (2024, mayo 20). Gemelos generativos en la formación docente: los sentidos pedagógicos de la IA en la universidad – Este artículo «Gemelos generativos en la formación docente: los sentidos pedagógicos de la IA en la universidad». El arcón de CLIO.
- Piscitelli, A. (2023). Pilímatas. El perfil antidisciplinario del trabajador del futuro. Santillana.
- Simondon, G. (2007). El modo de existencia de los objetos técnicos. Prometeo Libros.